tratamiento de aguas
El agua de la piscina es un ambiente sensible, especialmente propicio para la proliferación de gérmenes, bacterias, virus, hongos, algas y todos los microorganismos en general.
En efecto, la humedad y el calor son los mejores aliados para este tipo de gérmenes, sin olvidar que diversas suciedades e impurezas se depositan en la piscina cuando está descubierta o frecuentada por bañistas: hojas, polvo, transpiración, piel muerta, perfumes, residuos de jabón, etc. Todos estos elementos hacen del agua de la piscina un potencial caldo de cultivo que debe ser tratado y desinfectado con el máximo rigor. Es por ello que se deben medir periódicamente diversos parámetros, y que es fundamental disponer permanentemente de productos de tratamiento que permitan prevenir la proliferación de microorganismos, pero también eliminarlos en caso necesario.
Puede optar por electrólisis salina, UV, Pool Tiger y combinar estos instrumentos de alto rendimiento con pH + oro y, a veces, cloro o bromo.